martes, 29 de enero de 2013

EL DESTINO DE CARMIÑA HABIA SIDO ELABORADO A SUS ESPALDAS

"Carmiña, una mujer de aldea"
La tía Maruja, su madrina, era una persona muy singular. Hablaba sin parar soltando palabras y palabras por su diminuta boca como balas una ametralladora. Cuando llegaba a algún sitio parecía que las personas que estaban a su alrededor se empequeñecían, y ella, por el contrario, se convertía en total protagonista del momento. Su voz, demasiado estridente para Carmiña, era como el graznido de un ciento de gansos disputándose la comida. Y lo que su ahijada más odiaba de ella era que estando su madrina en casa enemistaba a todas las personas presentes entre sí.
Carmiña no dejaba de sorprenderse de que nadie parecía darse cuenta de que Maruja tenía un grave problema con el resto de los seres humanos. Todo el mundo decía que era una mujer muy buena, pero su propia ahijada no lo tenía del todo claro.
Maruja se sentía la mujer más importante de la tierra y manipulaba a la familia para hacerse con el afecto de Carmiña que trataba de mantenerse lo más al margen posible de ella. Aunque siempre le había demostrado mucha educación y respeto. En pocos meses logró que los padres de Carmiña y sus abuelos accediesen a sus pretensiones con relación a la joven, a espaldas de ella. Poco tiempo tardaría la buena de Carmiña en conocer el repulsivo destino que le había preparado la peculiar tía Maruja.

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