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viernes, 3 de marzo de 2017

LAS MUJERES SOMOS INTELIGENTES, por Rhodéa Blasón

 El mes de marzo está dedicado a la Mujer y el ocho del mismo mes se conmemora el día de la Mujer Trabajadora. Son símbolos a tener muy en cuenta en los tiempos en los que vivimos, en los que todavía hay necios que se permiten decir que “las mujeres no somos inteligentes, ni fuertes y sí muy pequeñas”. Tal vez estos seres no hayan sido paridos por mujeres, no tengan hermanas o hijas y por eso su aguda perspicacia mental salida de tono de la que se jactan por doquier.

Como mujer, y mujer trabajadora obligada a tener que conciliar la vida laboral con la de mi casa, debo decir que afortunadamente hay hombres que ayudan a que esto pueda realizarse, como es mi caso. Que nunca he cobrado menos sueldo que un hombre por hacer el mismo trabajo, cosa que no pueden decir muchas mujeres que todavía se ven sometidas por la desigualdad salarial, algo que nunca he entendido: A igual trabajo, igual sueldo; pero por desgracia nos queda mucho por andar para que esto pueda ser una realidad social y existiendo todavía algunos individuos ignoranrtes ocupando sillones de altos cargos políticos que impiden que las mujeres sean consideradas como semejantes. También existen los casos en los que por los mismos hechos las mujeres son despedidas y los hombres sólo son degradados, y de los que poco se habla. ¡Pero existen!. El machismo enrarece la vida laboral creando malestar entre los trabajadores y hay hombres que se aprovechan maliciosamente de ello.

Si queremos una sociedad paritaria hay que educarla de esta manera. Una mujer puede hacer el mismo trabajo que un hombre (no me vengan con la letanía de la fuerza, que hoy hay máquinas); puede mandar con la misma responsabilidad y capacidad que un varón y, por supuesto, nuestra inteligencia está totalmente equiparada a la de los hombres (aunque aquí habría un debate importante que no les gustase demasiado a esos mamarrachos que dicen que nosotros no la tenemos); no somos tampoco inferiores a los hombres, siempre y cuando estemos en igualdad de condiciones; y, por supuesto, no somos seres diminutos ni pequeños, aunque existan algunos hombres mezquinos que así lo crean.


Me sigo preguntando de que caverna de la Prehistoria y de que seres majaderos habrán salido esos hombres que abren tanto la boca convirtiéndose en abyectos y que creen que pueden tratarnos a las mujeres como a principios del siglo pasado. A ellos tal vez no les interese, pero las mujeres crecemos y aprendemos de nuestros errores, trabajamos lo triple para conseguir ser mejores en nuestros trabajos y nos abrimos camino alcanzando puestos de responsabilidad en los que algunos hombres no son capaces de pactar ni negociar soluciones positivas.