jueves, 30 de noviembre de 2017

NO PUDE SALVAR A MI PADRE, por Rhodéa Blasón

    Conforme me adentraba en las profundidades del frondoso bosque mi cerebro y mis ojos se mantenían vigilantes. Buscaba una cabaña desde hacía meses, pero en cada una de mis incursiones en la espesura natural había sido infructuosa. Ahora, en pleno otoño, cuando los días son tan escasos de luz, debía escabullirme de la atenta mirada de mis tías paternas quienes estaban más interesadas en que aprendiese el arte del bordado con aguja que en que buscase a una mujer muy mayor plena de sabiduría en todo tipo de brebajes y que convivía según cuentan las lenguas de la aldea entre "seres de la mitología celta, que la protegían de cualquier dolencia o padecimiento".
    Había caminado sin parar aprovechando los tenues rayos de sol y se me había echado la obscuridad encima. Estaba segura de saber regresar al hogar, pero el miedo me paralizó en aquel preciso lugar. Esperé a que mis ojos se adaptasen a la negrura de la noche y giré sobre mí misma. Entonces la ví. Observé una puerta y una ventana casi cubiertas por las ramas de los árboles. Su techo era un campo lleno de helechos y hierbas diferentes. Mientras me encontraba allí miré al cielo y observé un resplandor rojizo que lo surcaba de oeste a este. En ese momento la puerta se abrió y apareció ante mí una anciana encorvada vestida de negro y apoyada en un palo mucho más alto que ella:
    -Son los Sluagh, cazadores de almas. Van a buscar el espítitu de tu padre moribundo.
    -¿Qué? Si yo venía a encontrar un remedio para curarle. Llevo meses buscándote
   -Yo siempre estoy aquí. Pero las ánimas malignas no han permitido que me encontrases. Están decididos a robar el alma de tu padre agonizante.
   -Nooooo, grité con todas mis fuerzas y comenzé a correr hacia el lecho de mi padre al que debía proteger
    Pero llegé demasiado tarde. Mi tía mayor me informó de que había fallecido mientras yo no se encontraba en casa. Mis lágrimas me quemaban la piel de la cara y no dejaban de brotar de mis ojos. Me senté en la escalinata y allí permanecí toda la noche llorando y sufriendo por la impotencia de no haber podido salvar a mi progenitor a quien tanto amaba.
    Cuando amaneció, volví a mirar al cielo y me pareció observar una bandada de pájaros sobre mi casa volando en círculo. Pensé que entre aquellos Sluagh estaría mi padre despidiéndose de mi.



viernes, 17 de noviembre de 2017

GANANDO ALGUNAS BATALLAS, por Rhodéa Blasón

     Desde hacía meses me había iniciado en aprender a pelear. Al principio los asaltos me parecían demasiado largos y me chupaban toda mi energía. Acababa tirada en el suelo, dolorida, intentando regular mi desbocada respiración. Cuando volvía a enfrentarme a mi oponente, maestra de maestras, volvía a desbancarme por "KO". Yo pasaba los días pensando en cómo eludir sus impresionantes embistes antes de que ella consiguiera romperme en trozos. Pero cuando me situaba frente a ella me sentía débil, pequeña, insignificante, ...y consciente de ser una perdedora.

    Un día me desperté sobresaltada pensando en que la vida no consiste sólo en recibir golpes, sino en aprender a esquivarlos. Y así me centré en buscar esa condición física y psíquica que me permitiera eludir y torear sus impactos. Adquirí agilidad y, aunque continuaba siendo atacada con dureza y crueldad, también aprendí a golpear y a soltar lastre.

    Hoy, después de tanto esfuerzo, me enfrento a ella con coraje y mirándola de frente. Soy consciente de tener mis hombros liberados de su constante peso que casi me impedía caminar; es la maleta en la que he metido todos los sufrimientos infructuosos de mi vida, todo aquello que me hace daño recordar y a todos los seres que de una u otra forma me dañaron a lo largo de mi existencia. He logrado pegarle duro, controlar mi respiración e incluso ganarle algunas batallas.
                      

jueves, 9 de noviembre de 2017

ALLÍ EN DONDE NACES, ALLÍ EN DONDE MUERES, por Rhodéa Blasón


    -Miradme, podéis hacerlo las veces que queráis. -Vociferaba sin parar- Soy diferente, ya lo sé y vosotros estáis henchidos de un resentimiento que no os permite subsistir.

    Lo que más daño le producía era que aquellos a quienes exhortaba no eran capaces de replicar su severa crítica. Nunca lo hacían. Permanecían estáticos y taciturnos catando la dulzura del sometimiento a causa de sobrellevar el cruel padecimiento de la tristeza por los bienes ajenos.

   -Aquí estoy sólo. -Volvía a increparlos- Entre todos podéis arremeter contra mí y despojarme de mis bienes. Cobardes!!

   Ninguno de los otros se movía. Sólo le vigilaban. Era espléndido y agraciado y ellos, aún de su estirpe, eran deformes y desagradables a la vista. No disimulaban su amargura por su divinidad y encanto.

    El era consciente de ello, pero no podía desplazarse. Sus raíces estaban ancladas con suma fortaleza a aquella tierra y aquel, mal que les pesara, era su clan. Ninguno tenía la oportunidad ni la autoridad de alcanzar un traslado.

    La Naturaleza es así con los árboles. Sabia y poderosa. Allí en dónde naces, allí en dónde mueres. Aunque tu familia no te quiera por no ser verde y tener en el otoño esos maravillosos colores cobrizos en los que el poco sol que baña tus ramas se refleje como en un cristal facetado del que surjan multitud de rayos de diferentes colores.Yo soy feliz y no me importa lo que piensen, pero ser diferente a los otros siempre será complicado en mi existencia.


viernes, 3 de noviembre de 2017

DE SANTABALLA A CUBA, por Rhodéa Blasón

   De Santaballa a Cuba, principalmente a La Habana, emigraron un numeroso grupo de vecinos en busca de la procura de un futuro mejor para ellos y para sus familias, algunas quedaron muy mermadas por la marcha de varios de sus integrantes a la isla. Muchos de los emigrantes viajaban en barco sin saber lo que se encontrarían al otro lado del océano; los barcos no siempre transportaban sólo pasajeros, a veces eran de mercancías y pasajeros o de mercancías en las que llevaban una cantidad inconcreta de personas. Hoy, en un mundo globalizado, para muchas personas podrá ser increíble que alguien pueda viajar tan lejos sin navegador, sin teléfono móvil, con un servicio de correos muy precario, ...con tantas carencias que yo llego a preguntarme ¿cuántos viajeros de los que llegaron a Cuba pasaron hambre antes de partir hacia un mundo extraño o al llegar allí mientras no encontraban trabajo o alojamiento?. No hablo de entelequias, sino de las tragedias que se vivían en algunos hogares a los que no llegaban noticias de sus familiares hasta después de muchos meses o incluso años a principios del siglo pasado. Y quiero recordarlo para que nadie nos creamos que las cosas están a nuestra disposición desde siempre, no es así.

    Está claro que en A Terra Chá hubo una cascada de desplazados muy importante que en La Habana fundaron en el año 1907 una asociación de beneficencia, educación e instrucción, que alargó sus raíces hacia la tierra en la que habían nacido. En Santaballa se construyó un edificio que permanece hoy en pie, reformado, por quienes quieren mantener vivo el espíritu de los habitantes que se autoexiliaron venciendo el miedo a lo desconocido.


   En la Liga Santaballesa, como se denomina ahora esta asociación en A Chaira, se pretende dinamizar la cultura, las tradicciones y ayudar con talleres de memoria, entre otros, a los más mayores de la parroquia, conservando siempre en la memoria a sus emigrantes, algunos murieron en la isla caribeña, otros regresaron enfermos y otros con recursos fruto de su esfuerzo y laboriosidad.


                  Foto propiedad Liga Santaballesa de Vilalba (Lugo)
              

martes, 31 de octubre de 2017

LO QUE NO SE VE, ...NI SE ESPERA, por Rhodéa Blasón


   El aforo del teatro estaba completo. Se escuchaba el rumor habitual de las voces del público mientras no se apagaban las luces y se abría el inmenso telón de color rojo escarlata. La noche prometía diversión garantizada con la actuación del gran mago e ilusionista Montriz, llegado del otro lado del océano después de conseguir innumerables éxitos por aquellas lejanas tierras. El timbre, con su estridencia, anunció que la función estaba a punto de comenzar. Se apagaron las luces, poco a poco, y la cortina se abrió en dos para dejar ver un enorme cajón de cristal, colocado en el centro del escenario, y al que apuntaban directamente unos grandes cañones de luz. Se escuchó un fuerte aplauso y se vio acercarse un enjuto hombre vestido de negro, de pequeña estatura y que parecía que estuviera a punto de quebrarse a cada paso que daba.
    Su voz apenas era audible, pero los espectadores intuyeron que buscaba un voluntario para estar con él durante el espectáculo. Una mujer joven corrió hacia las escaleras, quizá buscando protagonismo o que alguien le sacase una foto con alguien famoso. Iba a comenzar la gala. Él le explicó a ella y al auditorio que debía envolverse en una manta que le mostraba, que sería atada, y que con una grúa especial la introduciría en la urna acristalada. La mujer debería pensar con su mente un lugar al que le gustaría viajar y allí aparecería. Ella sonreía y la concurrencia no dejaba de aplaudir sonoramente.
     Los movimientos del mago eran rápidos, parecía un ratón jugando con un trozo de queso. Cuando tuvo a la mujer en el baúl miró fijamente al público:
     -Cierren los ojos unos momentos, por favor, es necesario para el éxito de mi espectáculo, les indicó con una voz cavernosa
      Así lo hicieron los espectadores. Pero comenzó a pasar el tiempo y no se escuchaba sonido alguno ni orden ninguna de Motriz y los más inquietos empezaron a separar sus párpados.
    -Ooohhh, ooohhh, ....
     El escenario estaba vacío. Nadie supo nunca lo que había ocurrido en apenas unos minutos de ceguera consentida por parte del público. Todos salieron desilusionados del teatro y el novio de la joven gritaba por ella. Le explicaron que aquel mago era sorprendente y que tal vez ya la había transportado a su hogar y que allí le estaría esperando.
     Lo que nadie sabía era que a Motriz le gustaba degustar la carne humana y si era tierna más. Cuando él desaparecía con una víctima, esta no volvía a aparecer nunca. Pero como gran ilusionista que era nadie pensaba en lo que ocurría realmente en algunos de sus espectáculos.
     Feliz Halloblogween 2017



    Más relatos en el blog: http://www.teresacameselle.com/2017/10/halloblogween-2017-lo-que-no-se-ve.html

viernes, 13 de octubre de 2017

¿LOS MAYORES ESTORBAN?, por Rhodéa Blasón

     En silencio, en la penumbra de la noche, se agazapaba en forma de ovillo entre los arbustos en busca de paz. Sentía miedo y frío, pero le gustaba aquel lugar, desde que había tenido que abandonar el hogar en el que había vivido durante tantos años en compañía de aquel hombre huraño con los demás, pero que a el le procuraba siempre comida, caricias y una cama caliente. Tardó en darse cuenta de que allí no le querían; buscaba con desesperación a su compañero de años y no lo encontraba, lo apartaban con patadas que le dolían en el corazón, por lo que decidió buscar otra casa para vivir. No contó con que era demasiado mayor para que nadie quisiera tenerlo a su cargo, había perdido agilidad, y no veía forma de que nadie lo quisiera. No se hacían cargo los seres humanos de sus mayores e iban a querer un gato de edad con ellos. Se dio cuenta rápido de que el hombre huraño, era callado por lo dura que había sido su vida, pero era un buen amigo y fiel compañero de fatigas. Ahora, como muchos mayores, el gato se encontraba solo, empezando una nueva vida, durmiendo en el parque y sin saber si comería al día siguiente. Penurias de una vida en la que todos los mayores parece que estorban y a los que nadie quiere en su casa.

Foto: http://www.mundogatos.com/