sábado, 20 de abril de 2013

PARTICIPO EN EL LIBRO COMPARTIDO "SIN ESPINAS"




    Desde el blog ACOMPAÑAME se promovió la idea de crear el Reto San Valentín formando un libro con relatos de diferentes autores entre los que estoy orgullosa de encontrarme con un texto titulado "¡Qué hermoso es el amor!. Desde mi blog doy las gracias a ACOMPAÑAME por iniciativas como esta, así como felicito a tod@s l@s escritores que forman parte conmigo de este libro de descarga gratuita en el enlace:

http://podemos-juntos.blogspot.com.es/2013/03/ya-puedes-descargarte-el-libro-del-reto.html

    Espero que os guste y que seáis felices leyendo los relatos que conforman este libro.

Enhorabuena a mis compañer@s

Rhodea Blason
 

jueves, 18 de abril de 2013

PREMIO BLOGGERO

Muchas gracias a mi amiga Tere Oteo Iglesias de Amentia por otorgarme este bonito premio

Siete cosas sobre mí:
1.- La escritura es para mí una necesidad imperiosa de mi alma
2.-Leo todo lo que cae en mis manos, no me importa el género: desde líbros, cómics a diversos periódicos
3.-Me agrada enormemente el olor a hierba recién cortada
4.-Me gusta ver las cumbres de las montañas cubiertas de nieve
5.-Prefiero la calor al frío, el verano al invierno
5.-Mi libro preferido, y el que mayor número de veces he leido,  es "La tía Tula", de Miguel de Unamuno
6.-El mar está siempre presente en mi vida, en mis textos y en mi mente
7.-Me fascina escribir aforismos

Puntos..., se le conceden a:
Tere Oteo Iglesias
Nieves H.Hidalgo
Angy W Mhe
Itsy Pozuelo

miércoles, 17 de abril de 2013

A VOSOTROS ...¡AMANTES!

                                                                                          Junto al mar, 13 de marzo de 2013

          A vosotros... ¡amantes!:

          Sois un claro ejemplo de amor verdadero en estos tiempos en los que parece
que este profundo sentimiento ha desaparecido por completo. Puedo contemplaros
mientras percibo vuestro duradero enamoramiento que me hace querer ser como
vosotros llegada a mi vejez. Mis claros ojos, cegados por la luz solar de un frío día
de invierno, en los que las altas cumbres que rodean mi pequeña y hermosa aldea
permanecen cubiertas con el blanco manto de la nieve, pueden observar un mara-
villoso ejemplo de amor verdadero.

          Permanezco sentada junto al mar, mirando el vaivén de las olas rompiendo
contra las rocas y meciendo las pequeñas lanchas de pescadores amarradas a
tierra por el mal tiempo. Con sus vivaces colores conforman un fantástico cua-
dro del que cualquier pintor quisiera ser signatario. Es mi lugar favorito para
reflexionar sobre la vida, mis sentimientos, ...y, sobre todo, para respirar el aire
salino que desprende el amplio piélago marino que se abre ante mí.

          De pronto, en uno de esos momentos en los que me encontraba totalmente
ensimismada con mis pensamientos, creí percibir un leve movimiento lejano por
mi costado derecho. Pensé que se trataba de una elegante gaviota que viajaba al
ras del suelo, dejándose llevar por la brisa con la inmensidad de sus alas abiertas,
en busca de algún pez despistado con el que poder llenar su vacío estómago.

          Al volver ligeramente mi cabeza me sorprendió veros: una pareja de ancianos
que en un primer momento parecían ir de paseo. ¿Pero, con tan elevada edad, a
quién se le podría ocurrir pasear por aquel lugar?. Entonces pasé a concentrarme
totalmente en vosotros. Me embargaba la curiosidad: tú empujabas muy lentamen-
te la vieja silla de ruedas en la que tu esposa se sentaba. Tuve la suerte de que
os acomodarais en un banco de madera cercano a donde yo me encontraba. Con un
mimo que me sorprendió le colocaste a tu mujer la negra boina que traías en la
cabeza para protegerla del sol. En los puertos de mar existe la antigua creencia de
que el sol que brilla en los meses que llevan en su nombre la letra “r” es muy perjudi-
cial para la salud. Seguro que fuiste, en tu juventud y en tu vida laboral, un marinero.
En seguida me llamó la atención como te miraba embelesado, ... mujer. Se mostraba
plenamente atento a todos tus movimientos y se anticipaba con ávida rapidez a tus
necesidades. Te colocó tu bello pelo blanco debajo de la boina varias veces,
para que quien te observase te viera guapa. Tú,  ...hombre, la cogiste con firmeza
de las manos y con sumo cuidado la ayudaste en su frágil caminar a sentarse
sobre la dura superficie, no sin antes, ponerle un mullido cojín en el que ella
se acomodó bajo la sombra de un sauce llorón cuyas ramas le daban sombra.

          Te tapó tus delicadas piernas con una abrigosa manta polar color frambuesa
para que no pasases frío y se sentó a tu lado: ¡cómo dos quinceañeros!. Daba
placer contemplaros con la misma complicidad en vuestras miradas que en vues-
tra lejana juventud. De una bolsa de plástico sacó un trozo de pan y te hizo un
bocadillo, pero antes te dio a probar con mucho afecto un pedacito de jamón
cocido del mismo con el que rellenaría el panecillo que almorzarías. Primero te sirvió a tí,
¡cómo un caballero auténticamente enamorado!, y luego se hizo la misma vianda
para él. ...Y los dos comíais juntos la misma comida, y vivíais juntos vuestro gran
amor.
          Mientras os miraba con embelesamiento no dejaba de pensar si viviríais
juntos vuestra soledad, en un piso, en una residencia, ...¡qué más da!; me
pregunté, una y otra vez, si tendríais hijos o familia, de qué circunstancias se-
ríais protagonistas. No tengo respuestas, tampoco os quise preguntar. Pero sólo
mirándoos pude palpar claramente vuestras miradas de felicidad y vuestros
gestos de amor verdadero.

          Ojalá todas las personas que lean estas palabras sean partícipes de esa pasión y afecto
que es tan difícil de encontrar en la actualidad, pero que cuando se alcanza
se convierte en un amor cuya fortaleza consigue una unión firme y verdadera.                         

                                                                              Junto al mar, con amor

jueves, 11 de abril de 2013

CONCURSO SOBRE MAGIA DEL BLOG MAGIA Y HECHIZOS ETERNOS

Os dejo aquí el banner del blog Magia y Hechizos eternos que ha convocado un concurso sobre la Magia.
<a href="http://magiayhechizoseternos.blogspot.com.es/2013/02/concurso-2-

  • El sorteo es internacional.
  • En total hay 8 premios, y, por lo tanto, 8 ganadores.
  • Debido a este número, se requiere como mínimo 11 participantes. De lo contrario, se suspenderá el concurso (más que nada porque dejará de tener sentido).
  • Cada uno es libre de optar al premio que quiera. Se pueden escoger más de uno, o todos.
  • No puede haber un ganador repetido. Por lo tanto, si una persona resulta ganadora de un premio ya no puede optar por las demás obras. Me parece lo más justo, para que los participantes tengan las máximas oportunidades posibles.
  •  El sorteo se hará en el mismo orden de la numeración de los premios, por medio de random.org
  • En principio todos pueden participar, las personas que han colaborado también (los requisitos están más abajo).
  • Hay plazo para participar hasta el 11 de abril.
  • Cualquier duda a magiayhechizoseternos@gmail.com

martes, 2 de abril de 2013

LA SOLEDAD (relato)

La mujer llevaba demasiado tiempo sola. Mas del que nunca había pensado y del que hubiese querido permanecer en soledad.Había tenido una vida dura y había perdido su juventud dedicada a su marido y a criar a sus tres hijos. A ratos y, después de ser ama de casa, ganaba unos duros cosiendo para mujeres ricas. De esta manera, y tras muchos sacrificios económicos, su marido, que trabajaba en el viejo aserradero del pueblo llevando la contabilidad, y ella, lograron pagar un pequeño piso en el que vivían con su descendencia. Era un tercero derecha, muy soleado, y con una pequeña habitación para dedicarla a sus labores. Ahorraban con mucha ilusión para que sus hijos, a los que amaban profundamente, pudiesen ir a la universidad y hacerse hombres con un buen futuro. Las privaciones de los padres no se tenían en cuenta, ya que se anteponía siempre la educación de sus retoños. Y para ella, todo era poco. El mayor se hizo medico, el mediano abogado y el tercero profesor. 
El matrimonio había alcanzado su sueño. Los hijos consiguieron trabajo, empezaron a viajar por el mundo, se casaron y las visitas a casa de sus padres se hicieron cada vez más esporádicas. Mientras, el marido enfermó sin remedio y la mujer se dio cuenta de que no sabía cómo comunicarse con sus hijos, tan atareados con su vida y su trabajo. La enfermedad fue dura y larga, y logró consumirla no poderse poner en contacto con sus hijos. No tenía ni su teléfono ni su dirección. Siempre eran ellos los que llamaban muy de cuando en cuando. ¡Y llegó el fin! Enterró a su marido sola, con una gran pena. La asistían algunos vecinos, pero eso no hacía que su corazón le doliese menos. La angustia y la soledad indeseada la rompían de dolor. A esto se sumaba su ignorancia en cuánto a los papeles del hogar, ya que cómo buen administrador los llevaba meticulosamente su finado esposo. 
Los meses pasaban y con los gastos del entierro, y con lo que habían invertido en los estudios de sus hijos se dio cuenta de que no tenía mucho dinero en efectivo, apenas le llegaba para pagar pequeñas facturas y para frugales comidas. Entonces decidió vender el piso que tanto esfuerzo económico les había costado. Poco dinero le dieron por el, ya que todas eran pegas: no tenía ascensor, carecía de calefacción, no tenía terraza, miraba al norte por lo que era más frío que si mirase al sur. ¡Cuántos defectos tenía su casa de toda la vida!; aquella para la que tanto habían ahorrado ella y su marido.Los recuerdos se agolpaban en su mente pero tuvo que ser práctica para continuar viviendo.
Cogió el poco dinero que le dieron por el piso y se fue a vivir a una residencia de la tercera edad. Era joven todavía, pues sólo tenía sesenta años, pero sus manos estaban envejecidas y torcidas por la artrosis, y en su rostro marcado por las arrugas estaban retratados cada uno de los años que llevaba sin saber de sus hijos a los que les habían dado todo incondicionalmente y que nunca regresaron a casa. En la habitación del geriátrico veía pasar ante sus ojos cada penuria, cada temor, cada día de soledad y se preguntaba si era normal. No deseaba ser un estorbo para nadie, pero creía que sus hijos podían preocuparse por ella. No tenía constancia de que supieran de la muerte de su padre, y la soledad en la que se encontraba la angustiaba. Pero en las zonas comunes de la residencia fue capaz de ver que su caso no era único. En cada una de las personas que allí vivía se repetía la misma historia. Algunas de ellas cargadas de tristeza y humillaciones. Los mayores también sufren, aunque, en muchas ocasiones no quieran demostrarlo, pero su experiencia les hace ver mucho mas allá. ¡Qué pena que después de darlo todo, algunos tengan que acabar sus días completamente solos y sin el cariño y el afecto de sus seres queridos!.

martes, 5 de marzo de 2013

EL DESDICHADO ANUNCIO


Aquella mañana lucía el sol en Piornedo y Carmiña estaba amasando pan para cocer en el horno de la casa. Se afanaba en su trabajo, ya que quería que le diese tiempo ha hacer una empanada y a asar un pollo, ya que con tanta gente en casa y con frío se comía bien. Tan entretenida estaba con sus tareas y con sus pensamientos que no se dio cuenta de la entrada de su madre en el obrador del pan. Cuando sacó la larga pala de madera del horno con la que había entrado un bollo de pan encima de una berza sintió una presencia y se giró. Vio a su madre con expresión triste, con lágrimas en los ojos y con lo que quería ser una sonrisa en su boca pero que tan sólo era una mueca de dolor. Ante la mirada penetrante de Carmiña su madre comenzó a hablar:
-Hija, ya tienes quince años, y hemos estado hablando de que tienes que buscarte un porvenir mejor del que puedas tener aquí en la aldea ...
-¿Quién ha pensado nada?, cortó fulminantemente Carmiña. Maruja os ha estado imponiendo sus ideas que no son las mías mamá. Yo aquí soy feliz.
-Ya lo sé, pero Maruja dice que tu porvenir está en la ciudad, que allí conocerás a más personas, incluso un hombre con el que poderte casar...
-Yo no quiero casarme, ni soportar a Maruja,- volvió a atajar Carmiña. -Siempre está entrometiéndose en la vida de los demás. No es buena mamá, no es buena, y queréis que me dirija la vida.
-Por favor, hija.-Rogó la madre- No disgustes a papá ni a mí. Todos en casa creemos que tu futuro está con Maruja y ella te cuidará bien. Obedécenos, tan sólo pensamos en tu bien.
Carmiña con quiso escuchar más, volvió a girarse y continuó con su trabajo de hacer pan. Cuando su madre se fue las lágrimas le quemaban en sus mejillas. Tendría que acatar las normas, ya que su padre había dado su beneplácito pero sabía que no sería feliz. Su vida era Piornedo y no sabía si conseguiría vivir sin permanecer allí, en su montaña natal.

viernes, 1 de marzo de 2013

LAS REFLEXIONES DE CARMIÑA

Maruja no solo era una mujer excéntrica sino que, por sus chocantes modales y por su grotesca voz, se convertía en alguien muy desagradable para Carmiña. Era impertinente, chismosa y creía que quien se encontraba a su alrededor se convertía por su propio interés en su asistente. Carmiña trataba de que sus miradas no se cruzasen porque no quería entablar ningún tipo de conversación con ella, porque todo lo llevaba a su terreno y hacía ver que los demás estaban confabulados contra ella. ...Y lo peor es que esa técnica de actuación le daba resultado con todo el mundo. ¡Carmiña creía que era imposible que nadie viese más que ella la capacidad de ruindad de la que era capaz su madrina!.
Aquella noche, situada cada persona delante de su humeante plato de sopa, Carmiña temblaba porque creía ver cada vez más cerca que algo que no le resultaría agradable se cernía sobre su cabeza. Todos los comensales permanecían en silencio saboreando la sopa de caldo de pollo que tan sabrosa cocinaba su madre, pero su tía Maruja parloteaba y parloteaba sin cesar y, según creía Carmiña, sin que nadie la escuchase activamente.
Pero poco a poco, Maruja fue elevando el nivel de su aflautada voz hasta que consiguió que Carmiña le prestase atención porque le molestaban mucho los chillidos en sus oídos. Entonces se dio cuenta de lo que su madrina había organizado para ella, confabulándose con sus padres y sus abuelos, a quienes convenció
de que lo que ella tenía preparado para Carmiña era lo mejor. Ella, mientras la escuchaba despotricar, sintió que su mundo se descomponía allí mismo; no era capaz de dar crédito a las palabras de Maruja, pero nadie se las rebatía. ¡Era su futuro y su familia se había permitido jugar con él sin su consentimiento!. Sin darse cuenta, sus lágrimas comenzaron a rodar lentamente por sus mejillas abajo, pero no tuvo fuerzas para articular palabra. Sabía que por mucho que intentase cambiar su destino, su tía había creado a su alrededor una red lo suficientemente sólida como para que ella tuviese fuerzas para romperla. Carmiña pensó que sería mejor reflexionar durante la noche y ver como amanecía el día. ¡Sin duda, no conseguiría hacerse dueña de sus actos, porque alguien que no la quería se había obstinado en decidir su forma de vida por ella!