lunes, 26 de junio de 2017

EN A PASTORIZA, ...REQUESON, LISCOS Y FRECES, por Rhodéa Blasón

     Siempre que acudo a A Pastoriza no puedo dejar de pensar en el exquisito requesón que se prepara en toda la zona y al que hasta hace pocos años se le dedicaba una extraordinaria fiesta gastronómica a la que acudían personas de toda España y muchos emigrantes. Por problemas diversos la celebración no tiene continuación, pero sí renombre suficiente “o requesón de A Pastoriza”, suave al paladar y con una cremosidad singular que lo diferencia del de otros lugares, para que siga incrementándose su buena publicidad.

     La promoción de los productos gastronómicos de A Terra Chá, entre los que se encuentra el requesón de A Pastoriza, es una labor importantísima, sobre todo fuera de la comarca. A ello se dedican los ayuntamientos, departamentos de cultura de los mismos, los profesionales que crean el producto y lo dan a conocer a través de la publidad y todas las personas que los probamos y nos sentimos orgullosos de deleitarnos con su sabor particular. El requesón es un producto proviniente de la leche de vaca al que se le deja convertirse, tras cuajar el líquido blanco en moldes agujereados, en una masa blanca y mantecosa de la que se escurre el suero sobrante.

     Los productos de nuestra tierra son demasiado buenos como para no darlos a conocer fuera de las fronteras de A Chaira. Y estando en A Pastoriza no podemos olvidarnos de otro de sus productos “estrella”: la fiesta de la “bola de liscos y de las freces” que tiene lugar cada año en Bretoña y a la que cada vez acuden más visitantes para degustarlas. En esta ocasión el festejo está muy consolidado y con una comisión que trabaja duro durante muchos meses al año para que la economía cuadre de manera positiva para que la edición venidera sea mejor.


    Os recomiendo que no dejéis de probar ni la empanada de torreznos, ni las freces, ni el requesón de A Pastoriza y que una vez allí preguntéis por más productos gastronómicos del concello que no os defraudarán nunca.


jueves, 22 de junio de 2017

HAY TENTACIONES PRODIGIOSAS, por Rhodéa Blasón



      Desde niño Xoel vivía en una aldea de la alta montaña gallega. Hermosa, singular, en donde el tiempo parecía haberse parado, no porque no transcurriese, sino porque pasaba de manera suave y lenta. Allí nació, creció y se hizo mayor, aprendiendo a amar el trinar de los pájaros, el cantarino sonido del agua al caer, tras producirse el deshielo, desde las elevadas cumbres en forma de cascada entre las más diversas tonalidades del verdoso y fascinante paisaje que formaba la madre naturaleza.
En aquel lugar estaba dichoso, faenaba en la tierra con adoración por ella y con gratitud por los frutos que le devolvía, quería a cada uno de los animales que cuidaba, y sus vecinos eran una extensión de su familia.

      Xoel se casó con su novia de toda la vida, Laura, con quien había acudido a la escuela y quien vino a vivir a la casa de su marido junto a sus abuelos maternos y a sus progenitores. Ella se adaptó bien al ritmo de aquella vivienda. Le gustaba amasar y cocer el pan en el horno de leña junto a su suegra y contarse confidencias envueltas por aquel aroma a sabrosa vianda que las impregnaba de prosperidad.

      Al quedarse Laura encinta, la familia decidió ampliar el hogar para que hubiese más espacio para la criatura que pronto acunarían y para los próximos vástagos que premiarían el dulce amor que se profesaba el joven matrimonio. Unicamente habría que hacer unas pequeñas obras, sobre todo en el desván.

      En sus ratos libres, Xoel acudía a la planta alta con papel y lápiz para ver por dónde podría ampliar las columnas de madera que sostenían el tejado y plasmando en la blanca cuartilla los bocetos de lo que se le ocurría para agrandar la casa. En esta tarea estaba cuando al mover una serie de muebles antiguos y utensilios que los cubrían descubrió un hermoso arcón tallado. Se quedó pasmado mirándolo y no pudo dejar de caer en la tentación de abrirlo.

      Se arrodilló y al levantar con suavidad su tapa descubrió una cantidad inmensa de libros. Nunca tantos había visto y comenzó a leer uno hasta que se hizo la noche. Hablaba de las “normas de urbanidad”. Le era difícil entender algunas palabras pero decidió bajarlo y leerlo junto a su esposa que era mucho más lista que él.

      De esta manera y tras averiguar que aquel baúl había venido con uno de sus bisabuelos que había estado muchos años viviendo en Cuba, tanto Xoel como Laura pudieron viajar a lugares lejanos sin moverse de su casa, vivir aventuras, descubrir a autores que les producían emociones y sentimientos que nunca pensaran poder sentir, y crear una complicidad entre ambos y las historias que leían que hizo mucho más fuertes sus lazos de amor.





         Más textos en http://playadelcastillo.blogspot.com.es/2017/06/convocatoria-jueves-22-de-junio-caer-en.html  (no dejéis de seguir los blogs)

viernes, 16 de junio de 2017

MI VIDA PINTADA EN LIENZOS, por Rhodéa Blasón

"quien conserva la facultad de ver la belleza no envejece", Aforismos, visiones y sueños, Franz Kafka


      Con cerca de cien años continúo admirando la vida cada día, observando las pequeñas cosas que me hacen sonreír de felicidad y que me transmiten una paz interior que ayuda a que mi espíritu y mi alma crezcan siempre positivas. Nunca creí poder llegar a esta edad, pero doy gracias a la Naturaleza por haberlo permitido, aunque en mi corazón también existe la pena. Un sufrimiento que me acompaña haciendo sangrar mis entrañas y que no puedo evitar. El olvido que me demuestran mis seres queridos. Me trajeron a esta residencia con sesenta y dos años porque mi movilidad física era reducida y me convertía en una carga para mi esposo, hijos, nueras, ... Nunca más he vuelto a saber de ellos. Intenté llamarlos por teléfono, escribirles cartas, ...pero no he recibido ninguna noticia.
  
     Quizá por eso, después de llorar hasta la extenuación, no busco la precaria felicidad de mis días en las personas, sino en los olores, en los cantos de los pájaros, en las páginas de los libros y en mis pinceles que sobre el lienzo pintan mis estados de ánimo. Dicen que no lo hago mal del todo, y muchos de mis cuadros adornan las pareces del centro en el que resido. Por eso, allí a dónde me desplazo en mi silla de ruedas, puedo ver lo que ya hoy mis viejos ojos no pueden percibir, pero hace algunos años sí lo hacían. Las pequeñas y bellas cosas que me sujetan con firmeza a la vida. Este es el hecho que consiga que mi mente perdure activa y soñando con lo que pintaré mañana.







      Más textos en http://neogeminis.blogspot.com.es/2017/06/encuentro-juevero-15-de-junio.html

martes, 30 de mayo de 2017

El Camino Norte a Santiago cruza A Chaira

A TERRA CHA, MAGICA POR NATURALEZA, por Rhodéa Blasón


    Todos sabemos que A Chaira está compuesta como comarca por los municipios de Abadín, Begonte, Castro de Rey (con “y” griega), Cospeito, Guitiriz, Muras, Pastoriza, Vilalba y Xermade. Cada uno de ellos, con sus atractivos muy diferenciados, hace que el visitante se sienta arropado por los vecinos que les reciben con los brazos abiertos, llenos de historias de antaño y siempre dispuestos a enseñarles las maravillas que la naturaleza hace en A Chaira y los numerosos lugares con encanto natural que existen.

    Cada una de estas localidades es especial y única, con sus peculiaridades gastronómicas que han aprendido a viajar por el mundo: productos propios, mimados por quien los trabaja para que hagan las delicias de los paladares más exquisitos; con su cultura popular, también propia, que se transmite de generación en generación, siendo apreciada por los avezados estudiosos del saber popular del que siempre se aprenden grandes cosas; por la cultura transmitida por escritores e investigadores que nacieron, vivieron o tuvieron sus raíces en esta hermosa comarca; …y, no podemos olvidar, el atractivo de una parte del Camino Norte de Santiago que cruza A Chaira y que hace las delicias de los peregrinos con iglesias dignas de admirar por su contexto histórico, como la de Santa María de Abadín que data del siglo XII o el Torreón octogonal del Homenaje del antiguo Castillo de los Condes de Andrade del siglo XV, y, muchas más, que sorprenden a los visitantes como el cementerio neogótico de Goiriz o el Museo de Prehistoria y Arqueología, entre otros.


Por eso cuando el viajero acude a la comarca de A Terra Chá sabe que “entra” en un lugar diferente del que rememorará durante toda su vida las experiencias vividas en esta zona y los grandes y variados condumios que aquí haya podido saborear. Sabrá recordar e inmortalizar en hermosas fotos las diferentes fiestas que aquí se realizan y que van, casi siempre, emparejadas a un producto típico de la tierra: Pastoriza, requesón; Vilalba, roscón de almendra, capón, queixo de San Simón, …; Castro de Rey, gallina de Mós; Abadín, grelos; Cospeito, carne de cerdo (con monumento incluido); Labrada, verza rizada; ….


jueves, 25 de mayo de 2017

EL SILENCIO, por Rhodéa Blasón

       El silencio es mi fiel amigo, ni negro ni blanco, sino una amplia paleta pictórica de coloridos que me seducen según las situaciones emocionales que me encuentro viviendo en cada momento.

                                Una vida marcada por la grisácea soledad
                  me obligó a abrirme camino en una verdosa senda llena de cruel verdad;
                  mis ilusos sueños se alimentaban del tenue sonido del amarronado trino de los pájaros
                  y de las cantarinas y azuladas cascadas de cristalina y límpida agua,
                  siempre cercanas a la sombría y obscura robleda.

                                No obstante, recuerdo con fascinación los anaranjados y rojizos atardeceres
                 que admiraba al lado de la nívea puerta,
                 a los pies de mi dulce y amado abuelo sentada,
                 antes del ámbar silencio y la negrura de mis luceros.

                                Estos llegaron, de prisa, al caer por las barnizadas escaleras
                de un claro color miel encerado y trabajado con mimo
                por las delicadas y blancas manos de mi risueña abuela;
                no ver, convirtió mi vida en una amalgama de grises amarillentos,
                y, no oír, es una evocación permanente de los alegres colores del arco iris,

                perlados con sus reflejos multicolores que dan rienda suelta a mi único poder de imaginar.


jueves, 18 de mayo de 2017

LA LIBERACIÓN DE SU ALMA, por Rhodéa Blasón

                          
     Sentada en el arenal sentía su existencia llena de sosiego. Sus pulmones se henchían del aroma a salitre del piélago marino que le lambía sus pies como si se tratase de lenguas de hielo que le cortaban la circulación sanguínea. Allí, en su refugio natural, era ella misma, su mente se oxigenaba de paz, su espíritu volaba con el circunvolar de las elegantes gaviotas que planeaban sobre la crecida y blanquecina efervescencia de las ondas marinas, se sentía plena y llena de vida.

     Allí, en aquella fría tarde invernal, tuvo consciencia de que había sido manipulada por sus seres queridos para que contrajese nupcias con el varón que ellos eligieron y que la había hecho tan desgraciada con sus continuas iniquidades.


    Allí, sentada en el arenal, descubrió que nunca más dejaría que nadie pensase por ella. Era consciente de cómo conseguir la libertad. Escuchaba la llamada del mar y, tras ergirse, se introdujo en el líquido elemento con lentitud, sabiendo que era la única forma de alcanzar la liberación de su alma.



                                      Más sobre el Mar, http://brisadevenus.blogspot.com.es/2017/05/este-jueves-mi-relacion-con-el-mar.html


martes, 16 de mayo de 2017

SIEMPRE GRANDE CARLOS CASARES, por Rhodéa Blasón


    Dada la proximidad de la celebración del Día de las Letras Galegas no puedo dejar de hablar en esta columna de la persona a quien se homenajea este año, Carlos Casares, de quien por todos es bien conocida su trayectoria literaria y su vinculación con la literatura gallega, truncada demasiado pronto por una muerte prematura e inesperada.

    De Carlos Casares se pueden decir muchas cosas: era un gran escritor, nadie lo duda, del que a mí me gusta personalmente su delicada y sublime poesía y su rigor a la hora de realizar traducciones de obras de otros autores al gallego, interesándose primero por aquello que quería expresar el escritor a traducir y luego buscando la palabra exacta y pulcra en nuestro idioma madre. Se pueden seguir enumerando sus amplias virtudes literarias con las que podríamos disfrutar en la actualidad de continuar el autor con vida hoy.

    Pero yo voy a hablar del Carlos Casares compañero y amigo. Trabajamos juntos en La Voz de Galicia durante años y transcribir cada uno de sus artículos era como descubrir un preciado tesoro que siempre llevaba implicito un mensaje moral, social o crítico con el que el autor agasajaba al lector. Era persona de carácter afable y rica conversación que hacía sentir a los demás protagonistas de ese momento, siempre sonriente y atento a escuchar las opiniones de los compañeros y a ayudar en aquellos momentos duros del periodismo en el que los especiales salían con un número incrementado de páginas inimaginable en la actualidad. Siempre podías contar con él para escribir un artículo sobre los maravillosos lugares de Galicia, nuestra gatronomía, nuestra cultura, ...Y lo hacía con amor. Amor por las palabras del texto que creaba, por las letras que eran su modo de expresión, por su querida Galicia natal, y por el apoyo incondicional a los compañeros que con él trabajábamos. Nunca nos negaba su colaboración. Su baja estatura no tenía nada que ver con su enorme corazón y su elevado sentido de compromiso y respeto para quienes con él vivíamos el periodismo.


    Siempre grande Carlos Casares!!!.