lunes, 10 de diciembre de 2018

LA CULTURA NOS ACERCA A LA LIBERTAD, por Rhodéa Blasón

    Siempre insisto en que regalar libros, entradas al cine, al teatro,  a espectáculos, a museos, ...es regalar Cultura. Y escribo Cultura con mayúsculas porque me parece que un pueblo culto es una sociedad libre y que sabe defender sus derechos con la Palabra sin necesidad de producir ningún tipo de incidentes que puedan dañar a nadie. Cultura tenemos que aprender y Cultura debemos enseñar para conseguir esa tan ansiada Libertad que está en boca de tantas personas.

    Por ello me pregunto ¿con doscientos vocablos se puede relacionar un individuo correctamente? Pues sí, se puede intercomunicar pero con muchas deficiencias, ya que si los demás componentes del colectivo son más cultos se quedará totalmente aislado lingüísticamente. ¡Una pena! Muchos de nuestros jóvenes y adultos, por desgracia, no alcanzan bien la comprensión de los doscientos vocablos, pueden hablar, pero si la conversación se eleva de nivel no podrán entender todo el contenido de esa interlocución. Son inteligentes, muchos tienen carreras superiores, pero no alcanzan visión ni captan globalmente los mensajes de los que manejan un mayor número de vocablos.

   Me parece una tragedia que existan adultos que lean un texto básico correctamente pero no sepan interpretar lo que quiere decir; en resumen, si les hablamos de que nos hagan un "comentario de texto" sobre lo que han leído no saben hacerlo. Para mí, que amo las palabras, es una tragedia social que los ciudadanos no entiendan los textos o los libros que lean y que acorten las palabras de forma irresponsable y sin respeto al idioma.

    Quienes utilizamos el castellano para comunicarnos tenemos la suerte de podernos entender en una de las lenguas más ricas del mundo, con multitud de sinónimos y antónimos bellísimos para designar la misma cosa y me creo que es un drama que no intentemos utilizar cada vez un mayor número de vocablos para hacer de nuestra sociedad una comunidad rica e inteligente, tanto lingüística como filosóficamente.


martes, 13 de noviembre de 2018

ADAPTAR LA MODA A UN MISMA ES UN ARTE, por Rhodéa Blasón



     Cocó Chanel: "La moda pasa de moda, el estilo jamás".

      La moda no deja de ser un Arte efímero y de carácter temporal. Diseñadoras como Cocó Chanel eran conocedoras desde sus talleres de que la Moda es algo que puede no gustarle a todo el mundo o que existen muchas personas que no la siguen, por eso ella, y muchas más trabajadoras dedicadas al diseño de alta costura, hacían siempre hincapié en el estilo de quien iba a ponerse las prendas. Algo muy personal por otro lado: ella incidía siempre en la comodidad y en el saber llevar la ropa.

       Cada una de nosotras, mujeres, no tenemos porque seguir a pie juntillas lo que marca la moda del momento: bien porque tenemos más curvas, más edad, o porque no nos encontramos cómodas con ella. Pero sí podemos escoger determinados detalles que nos gusten y destacarlos sobre un fondo de armario que puede ser clásico tirando un poco hacia atrevido y crear nuestro propio estilo. Fijaros en Carolina Herrera destaca siempre con una blusa blanca y un pantalón o una falda azul marino. Y es así porque ella tiene luz propia.

       A mí por ejemplo me fascinan los pañuelos coloridos de seda, que puedo poner sobre cualquier prenda lisa o adornando mi pelo, un collar  y unos pendientes hermosos hacen brillar cualquier "look" apagado, ...y recordar que las "fifty", aunque nos fascinen los tacones como a mí, tenemos una amplia gama de calzado precioso con alturas diferentes en las que nos encontremos cómodas y con diseños elegantes.

       No olvidéis que en muchas ocasiones "menos es mas". Recargarse en exceso no suele ser sinónimo de personalidad ni de distinción.

      ¡¡¡¡ Dejad fluir vuestra elegancia!!!!!!



lunes, 22 de octubre de 2018

"VIVA LA EDUCACION", por Rhodéa Blasón

   


       Cada día me percato más de la falta de educación que ostentamos los seres humanos. Tal vez creemos que no poniendo en práctica las más elementales normas de urbanidad para con los demás somos más "importantes", visto desde nuestra diminuta capacidad mental, por eso está tan de moda el "yoísmo" o el "egoísmo moral" que en vez de hacernos crecer como seres humanos nos convierte en minúsculos entes incapaces de relacionarnos unos con otros con la asertividad debida.

      Siempre digo que nos hemos convertido en seres asociales, que creemos que podemos vivir en soledad o integrarnos en grupos y salir de ellos a conveniencia. Pero esto no es posible. En una sociedad avanzada como en la que vivimos, a pesar de que existen muchos, no hay cabida para quienes quieren ser ellos solos y obrar en su propio interés, porque todos necesitamos de todos en algún momento de nuestra existencia.

       Yo todavía recuerdo la asignatura de urbanidad en la escuela, seguro que como muchos de vosotros, y las enseñanzas reiterativas de buenos modales, en el colegio y en el hogar. Ahora, generalizando, todo eso se perdió, prueba de ello son la falta de respeto hacia nuestros mayores, hacia las personas discapacitadas, hacia quien no entiende bien y necesita más explicaciones, hacia los marginados … y hacia cualquier persona que muestre síntomas de buena educación quien es ninguneada por falta de respuestas coherentes.

     Yo estoy contenta por ser una persona educada y doy gracias cada día a las personas que me enseñaron a comportarme y respetar a los demás. Y gríto que "viva la educación y las personas educadas" que hay muchas, pero a veces siento mucha pena por quienes menoscaban las normas de urbanidad o se crecen en el "yoísmo" que les hace creer que son lo que no son.

viernes, 31 de agosto de 2018

"ENSEÑANZAS DE VIDA, de Rhodéa Blasón




     La niña, agachada en cuclillas, mojaba sus manos en el agua límpida del pequeño riachuelo que se derramaba desde los caños de la fuente del pueblo. Sonreía al movimiento del líquido elemento tras ser agitado por sus extremidades superiores. Acabó la tarde sentada sobre la tierra seca y viendo nacer los afluentes de aquel riachuelo en miniatura.

     Se convirtió en una inteligente profesora de filosofía que no seguía la lista de los libros recomendados en la asignatura que tantos años llevaba enseñando en el Instituto de Secundaria de aquella ciudad.

     Tras las vacaciones estivales regresaba a las clases con el fin de contagiar a sus alumnos de su amor a la filosofía. Sus primeras clases del curso comenzaban siempre igual:

    -Sé de un lugar en el que una pequeña niña descubrió la riqueza del agua

    Cada años más alumnos la elegían como profesora de filosofía porque "siempre nos hace ver la grandeza de las pequeñas cosas. Aquellas con las que se puede alcanzar la felicidad y que no nos ocasionan ningún agravio económico".


     "Sé de un lugar ..."




jueves, 30 de agosto de 2018

LA MUJER DEL PARQUE, por Rhodéa Blasón





     El hombre, vestido con un elegante traje de tweed claro, no podía dejar de mirar a aquella hermosa mujer que irradiaba alegría en cada uno de sus gestos. Se había comprado el periódico para estar al tanto de las noticias económicas que tanto podían influir en sus negocios, pero lo había enrollado y no lo había abierto. Sentado de medio lado en aquel banco del parque, cerca de la balconada desde la que se podían admirar unas vistas increíbles, con su pierna izquierda cruzada sobre la derecha, pensaba como hablar con aquella fémina que tanto le había sorprendido.

    De repente se dio cuenta de que ella había dejado caer de su bolso, mientras se ponía sus gafas negras de sol, un límpido pañuelo blanco que pareció mecerse en el aire durante una eternidad hasta que llegó al suelo. El hombre supo que aquel era un momento para no desaprovechar: se levantó raudo, recogió la seda blanca y se la entregó a la mujer con la mejor de sus sonrisas.

     Ella le dio las gracias, le explicó que aquel pañuelo era un hermoso recuerdo de su querida madre que nunca querría perder, pero no lo agarró.Las manos femeninas enguantadas en bellísimo encaje no se movieron. Pero la mujer seguía hablando e indicándole al hombre que conservaba el aroma de la colonia de su progenitora. Tenía una voz dulce y cantarina, y no dejaba de mostrarle al caballero su atractiva sonrisa.

   Sin dudarlo él lo acercó a su nariz y se emborrachó de aquel dulzón aroma que no lograba identificar. De pronto sus ojos se salían de sus órbitas pidiendo auxilio a aquella desconocida que no se movía. Pero tenía el rictus de la venganza pintado en su rostro y le escupió cuando exhalaba su último aliento:

    -Has despedido a mi madre y no has permitido que yo trabajase en ninguna de las empresas de nuestro padre. Ahora seré yo su única heredera

    Se dio la media vuelta y caminó con rapidez alejandose del lugar de la vendetta y sabiendo que no le quedaba nada para convertirse en una mujer muy rica.