"Vivamos siempre con los pies en la tierra, es la única manera de alcanzar nuestros sueños", Rhodéa Blasón
jueves, 24 de enero de 2013
CARMIÑA Y SU SOLEDAD
En un momento de la vida de Carmiña, ella misma pudo sentir en sus propias carnes lo que es la verdadera soledad. SOLEDAD en mayúsculas, aunque vivas con alguien. Porque no te comprende, porque no te escucha, porque no te ve, porque no sabe lo que sientes: eso es la SOLEDAD. Para Carmiña fueron años de duro sufrimiento, de sentir un profundo dolor, creía que su corazón se rompía en pedazos y que no lo podría nunca recomponer. ¡Qué ingenua era!. Sólo tenía qué pensar en su abuelo materno, quien tan buenos consejos le había dado y con quien tan felices momentos había vivido y del que con cariño recordaba sus palabras "no dejes que nunca nadie te arrebate vida, tu propia manera de pensar, de ser y de actuar. Si te quitan esto, nunca serás nadie". ¡Qué inteligencia natural tenía su abuelo!. Siempre había comprensión en sus grises ojos.
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