LA CARCEL
Fueron días de sol y noches de acción para disfrutar su libertad. Su mente tenía presente este pensamiento en el momento en el que cruzaba la primera gran puerta de acceso a la prisión en donde estaría confinado las próximas 45 primaveras de su vida. Ahora, aunque mantuviese la cabeza alta, comenzaba a sentir miedo. No de lo que había hecho anteriormente, sino de los largos y duros años que le esperaban para vivir en un lugar inhóspito, lleno de incógnitas y en el que nunca creyó que acabase encerrado.
¡Vivió a tope! ¡No le asustaban los peligros que le pudiesen acechar cuando estaba bebido, drogado o haciendo las cosas más deplorables que nadie pudiese imaginar!.
Llegando a la segunda puerta, la que daba paso definitivamente a la cárcel, se acordó de su sufrida madre, a quien acuchilló impasiblemente por el poco dinero que guardaba para el pan de la semana. Arrastraba los pies atados a una gruesa cadena que sólo le permitía dar pasos cortos y que a su vez ataba fuertemente sus manos a su espalda. El peor error que había cometido en su vida había sido el de violar y matar a una loca joven que buscaba nuevas sensaciones. Cuando ella le pedía más coca él se la dio, la vio quedarse indefensa por la sustancia que la penetró bestialmente hasta que se dio cuenta de que ella no se movía. Cuando llegó la policía descubríó atemorizado que era la única hija del alcaide del penal de la Roche. Cruzando el gran portalón se sintieron dos certeros tiros que le dejaron allí, tendido al sol.
Muy triste tu historia Rhodea..... se dio cuenta después de lo que había hecho, tal vez
ResponderEliminarDeja pasmada la absoluta amoralidad del personaje, frío, violento, irreflexivo, él como tantos. Le dieron el tiro de gracia porque 45 en la cárcel son una cifra que excede cualquier aguante. Ese hombre¿dónde nació, qué o quién lo hizo así? No dejo de preguntármelo, decir que él mismo suena demasiado fácil ¿no?
ResponderEliminarRhodea, otro de tus relatos para reflexionar, denso y profundo, esta vez, hasta los infiernos.
Besitos.
Redios, que final tan dramático! Meritos hizo el hombre, desde luego para acabar así.
ResponderEliminarBss.
¿Que mutación genética lleva al hombre a nacer bestia, vivir bestia y recrearse y disfrutar esa bestialidad?. Pienso que ha tenido un castigo muy escaso para la magnitud de sus delitos. Un disparo te quita la vida, es cierto, pero también te quita 40 años de infierno en vida. Pasa en un segundo a la nada, evitando el sufrimiento. Yo lo hubiera hecho penar día a día.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Muy duro; pero hay gente que vive así, sin medida, sin leyes, y casi todos gracias a Dios acaban en el mismo lugar, y en este caso asesinado como el mismo lo hizo con otros.
ResponderEliminarBien narrado
Un abrazo
Directa, punzante, estremecedora historia, de quien no solo vivió al límite, sino que limitó la vida de otros seres, incluyendo la de su propia madre. Lo penoso, es tomar conciencia de que este ser que habita en tu relato, puede ser la representación de cualquier otro, adicto, loco y sin ningún tipo de escrúpulos ni sentimientos que ande por allí. El final, no podía ser otro.
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
Tarde se dió cuenta de todo el mal que había hecho, esta gente no tiene recuperación, y a veces es mejor dos disparos que toda una vida preso, porque generalmente salen antes de cumplir la condena, y terminan siendo peores personas de lo que fueron. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, te nomine para un premio... puedes pasar a buscarlo aquí:
ResponderEliminarhttp://corazndetinta96.blogspot.com.ar/2014/02/premio.html
Demasiada suerte tubo al final el bestia ese, morir antes de ir preso...Un amargo regusto me invade cuando leo historias de seres tan ruines y depravados.
ResponderEliminarAbrazos amiga.
Tenso y dramático relato. Un final podría decirse "benévolo".... Una tonalidad interesante para un tema que se las trae...
ResponderEliminarun fuerte abrazo
Me ha gustado mucho como vas presentando a este personaje, hasta hacerlo odioso para el lector, así como con unas pinceladas justas nos situas en lo que es su vida. Muy buen trabajo Rhodea.
ResponderEliminarUn abrazo.
En cierto modo fue clemente el Alcaide, dado que podía haber hecho un infierno para el tipo su estancia en prisión.
ResponderEliminarBuen relato. Besos.
Pues hala! uno menos! Sinceramente no me da ninguna pena, como dice Juan Carlos tenía que haberlo dejado vivo para que sufriera!
ResponderEliminarRelato intenso y protagonista vomitivo... pero de esos, desgraciadamente hay muchos.
ResponderEliminarMuy descriptivo y cinematográfico.
Besos
El personaje violento despertó el deseo de venganza de otros violentos. Deseo que se cumplió.
ResponderEliminarTriste, desazonador, repugnante y terriblemente adictivo, me pasaré por tu blog más a menudo.
ResponderEliminar