"Vivamos siempre con los pies en la tierra, es la única manera de alcanzar nuestros sueños", Rhodéa Blasón
jueves, 30 de agosto de 2018
LA MUJER DEL PARQUE, por Rhodéa Blasón
El hombre, vestido con un elegante traje de tweed claro, no podía dejar de mirar a aquella hermosa mujer que irradiaba alegría en cada uno de sus gestos. Se había comprado el periódico para estar al tanto de las noticias económicas que tanto podían influir en sus negocios, pero lo había enrollado y no lo había abierto. Sentado de medio lado en aquel banco del parque, cerca de la balconada desde la que se podían admirar unas vistas increíbles, con su pierna izquierda cruzada sobre la derecha, pensaba como hablar con aquella fémina que tanto le había sorprendido.
De repente se dio cuenta de que ella había dejado caer de su bolso, mientras se ponía sus gafas negras de sol, un límpido pañuelo blanco que pareció mecerse en el aire durante una eternidad hasta que llegó al suelo. El hombre supo que aquel era un momento para no desaprovechar: se levantó raudo, recogió la seda blanca y se la entregó a la mujer con la mejor de sus sonrisas.
Ella le dio las gracias, le explicó que aquel pañuelo era un hermoso recuerdo de su querida madre que nunca querría perder, pero no lo agarró.Las manos femeninas enguantadas en bellísimo encaje no se movieron. Pero la mujer seguía hablando e indicándole al hombre que conservaba el aroma de la colonia de su progenitora. Tenía una voz dulce y cantarina, y no dejaba de mostrarle al caballero su atractiva sonrisa.
Sin dudarlo él lo acercó a su nariz y se emborrachó de aquel dulzón aroma que no lograba identificar. De pronto sus ojos se salían de sus órbitas pidiendo auxilio a aquella desconocida que no se movía. Pero tenía el rictus de la venganza pintado en su rostro y le escupió cuando exhalaba su último aliento:
-Has despedido a mi madre y no has permitido que yo trabajase en ninguna de las empresas de nuestro padre. Ahora seré yo su única heredera
Se dio la media vuelta y caminó con rapidez alejandose del lugar de la vendetta y sabiendo que no le quedaba nada para convertirse en una mujer muy rica.
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Hola Rhodea , espero que ya estés mucho mejor de salud , y te hayan dado el alta , me a gustado mucho tu relato , este si que se puede decir , que la venganza es un plato que se toma frió , y nunca mejor dicho , te deseo una feliz tarde besos de flor.
ResponderEliminarGracias Flor. He dejado mi relato para el final porque creí que no podía subir los de los participantes. Reitero mi agradecimiento a quienes me han ayudado.
EliminarEstoy de alta con calmantes, antiinflamatorios y otros esperando que puedan operarme. Hay que extraerme la vesícula.
Gracias por leerme
Un beso
Siempre las venganzas se sirven en plato frío. No hay como le tiempo para que, a través de un recuerdo, las cosas sean justas.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias. Y muchos saludos
EliminarGracias por leerme
Buenas noches amiga , un relato intenso y con un final inesperado , pues ya se sabe que la venganza se saborea en plato frío ..espero que continué.
ResponderEliminarTe deseo que te recuperes del todo y sea pronto esa operación y por supuesto que salga estupendamente . Un fuerte abrazo.
Muchas gracias. Me alegro de que te guste mi texto tardío.
EliminarCreo que aún tengo para algún tiempo antes de la operación pero confío en no tener más cólicos mientras espero.
Como siempre, gracias por leerme.
Muchos besos
parecía que iba a ver atracción pero hubo venganza. Un final sorprendente y eso que yo esperaba una sorpresa. Ese final es efectivo.
ResponderEliminarEspero que te mejores pronto.
Besos.
Muchas gracias por leerme y comentar.
EliminarY por preocuparte por mi salud, aunque creo que esta va para un poco de tiempo.
Muchos saludos
Cada vez que puedo, tomo asiento en mi parque favorito...quizá sea yo ese hombre que vigila a un amor o quizá sea el sueño del otoño o la primavera, del verano o del invierno...pero esa mujer sigue paseando por el parque Colón con su pañuelo al cuello...
ResponderEliminarGracias por leerme y comentar
EliminarSaludos