jueves, 8 de enero de 2015

¡MALDITO PADRE DESGRACIADO!

“AY, SE FUE LA LUZ Y YA LLEVAMOS SIN ELLA 20 DÍAS …”

           En el hospital pediátrico "San Fernando" llevaban veinte días sin luz. No funcionaba el alumbrado general y tampoco los generadores de emergencia. Se habían derivado los ingresos pendientes de operación a otros centros hospitalarios para no posponer ninguna intervención prevista. También se trasladaron pacientes que necesitaban aparatos médicos para el seguimiento de su enfermedad, por lo que el hospital se quedó casi vacío. Tan sólo con aquellos enfermos que tenían afecciones de carácter menor y que podían ser atendidas a la luz de las velas.

           Todo este proceso de desplazamiento de pacientes suponía una grave carga económica para el hospital "San Fernando" como para los centros que acogían a los afectados para su recuperación. De esta manera, el director gerente de este sanatorio no dudó en ponerse en contacto con uno de los mejores electricistas de la zona pidiéndole por favor que acudiera a ver qué estaba sucediendo con la luz en la clínica ya que en cualquier momento podía llegar una urgencia que por tener que trasladarla vería su vida en peligro. El electricista le contestó con gran soberbia y prepotencia:

        -Yo en Navidades no trabajo para nadie, ni por dinero, ni por favor. Me gusta disfrutar de estas fiestas comiendo con los amigos

          El gerente del hospital, imploró, suplicó, ...pero nada le valió a aquel electricista que sólo pensaba en divertirse él. Ya en su coche, el director de la clínica pensaba sin cesar que en veinte días habían tenido mucha suerte de que no llegasen niños con afecciones que les hiciesen peligrar demasiado su vida, pero todo puede ocurrir.

          Aparcó el coche en su plaza y se dirigía pensativo a su oficina cuando una enfermera llegó corriendo a junto de él. Sus sentidos se pusieron todos alerta, sabía que sus malos presagios habían tenido un comienzo.

          -Se nos acaban de morir tres niños cuando ya habíamos hablado con el hospital "San Juan" que había aprobado su traslado.

          -¿Tres niños?, preguntó el gerente a punto de desmayarse, ¿cómo puede ser?

          -Son los hijos del jefe de la empresa de electricidad del pueblo que iban por el arcén de la carretera sin chaleco reflectante y los atropelló un coche. Dos murieron en el acto y otro al llegar aquí, cuando iba a ser trasladado.

          El gerente comenzó a llorar, pensando en lo que le acababa de decir tan despóticamente el padre de los tres inocentes muertos. Tenía ganas de volverse al restaurante en donde estaba comiendo y bebiendo con sus amigos y matarlo a golpes. ¡Pobres angelitos! ¡Maldito padre desgraciado!

          ¡El no merecía vivir, sus hijos sí!


 Más historias sin luz en:julianoelapostata56.wordpress.com/2015/01/04/este-jueves-un-relato/comment-page-1/#comment-2082 



8 comentarios:

  1. Lo que estaba dolorosamente a oscuras era el corazón del electricista.
    Un abrazo.

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  2. Nunca se sabe de dónde y cómo nos llegará el castigo... es el karma, dicen.
    Un final no esperado cierra el texto a modo de moraleja.
    Saludos jueveros!
    =)

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  3. ¿Castigo? Le llegó a los hijos del electricistas, a quien tal vez no le importaban.
    Entiendo la indignación del responsable del hospital.
    El electricista se perdió la oportunidad de quedar bien y seguro de recibir algún gesto de agradecimiento, que tal vez hubiera sido una cena para él y sus amigos.

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  4. Le tocó donde más le dolió. Una pena al fin y al cabo.
    Un abrazo

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  5. Dicen que la vida es un Boumeran, y el corazón de hielo del electricista lo comprobo.
    A pesar de que los que más perdieron fueron los tres inocentes niños.
    Besos amiga Rhodea.

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  6. La insensibilidad del electricista tuvo una terrible consecuencia para él, aunque peor, mucho peor, fué para los hijos.
    Un abrazo.

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  7. Dicen que Dios escribe recto en líneas torcidas. esta historia así lo demuestra.
    Buen aporte amiga. Besos

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  8. Un texto con un final no esperado, Los personajes muy bien dibujados.
    Un abrazo.

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