En silencio, en la penumbra de la noche, se agazapaba en forma de ovillo entre los arbustos en busca de paz. Sentía miedo y frío, pero le gustaba aquel lugar, desde que había tenido que abandonar el hogar en el que había vivido durante tantos años en compañía de aquel hombre huraño con los demás, pero que a el le procuraba siempre comida, caricias y una cama caliente. Tardó en darse cuenta de que allí no le querían; buscaba con desesperación a su compañero de años y no lo encontraba, lo apartaban con patadas que le dolían en el corazón, por lo que decidió buscar otra casa para vivir. No contó con que era demasiado mayor para que nadie quisiera tenerlo a su cargo, había perdido agilidad, y no veía forma de que nadie lo quisiera. No se hacían cargo los seres humanos de sus mayores e iban a querer un gato de edad con ellos. Se dio cuenta rápido de que el hombre huraño, era callado por lo dura que había sido su vida, pero era un buen amigo y fiel compañero de fatigas. Ahora, como muchos mayores, el gato se encontraba solo, empezando una nueva vida, durmiendo en el parque y sin saber si comería al día siguiente. Penurias de una vida en la que todos los mayores parece que estorban y a los que nadie quiere en su casa.
Foto: http://www.mundogatos.com/
Bueno amiga has dado en clavo , no solo los humanos parecen que estorban sino aquellas mascotas que se hacen mayores y tienen algún problema tb .. con lo cual deduzco que aquí no se trata de humanos o animales más bien del estado físico que se encuentre el ser en cuestión , es una pena pero para no llegar a esos estremos lo mejor es la educación que se reciba desde la cuna y sobre todo fomentar el amor aquell@s que nos necesitan ¿ por qué quien nos dice que no los vamos a necesitar nosotros años después?-
ResponderEliminarUn abrazo y feliz fin de semana.