El fiscal se mantenía serio en su despacho mirando un expediente:
“Hombre que en su juventud cometió delitos sin sangre por culpa de su adicción a la droga.
Ahora, con 35 años, estaba totalmente rehabilitado y reinsertado en la sociedad, casado y con tres hijos
pequeños y conducía un camión”.
Si lo enviaba a la cárcel le sesgaría la vida
Selló el expediente y lo guardó en una carpeta que iría directa al archivo.
Creo que hay quien merece una segunda oportunidad. Pero hay fiscales que no entienden nada.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias.
EliminarUn abrazo