Me pregunto si todos los seres que se muestran de manera irresponsable en su comportamiento tienen abuelos, padres, familiares enfermos que sean pacientes de alto riesgo, ...y si en algún momento se han parado a reflexionar sobre qué hacen y cómo afecta a sus semejantes.
Siempre acuño que el ser humano es el animal más egoísta y necio que existe sobre la faz de la tierra y ahora debo añadir que nos hemos vuelto antisociales.
Ante una fiesta es igual a quien se pone en peligro: primero la juerga y luego se arriesga la vida de nuestra familia, del personal sanitario o de los profesionales esenciales; los unos y los otros están hasta el gorro de lidiar con estúlticos mediocres de medio pelo que se creen que en la vida vale todo.
No señor. No vale todo.
Quien no sepa comportarse que se vaya al monte a aprender de los animales, o que dedique el tiempo en el que está perjudicando al prójimo a aprender a leer comprendiendo lo que lee que aunque no vea a sus amigos durante un tiempo o no participe en reuniones insolidarias no se va a traumatizar.
Ahora estamos padeciendo el rebrote del puente de principios de diciembre. Qué sucederá después de Navidad? ...y después de fin de año? ...y luego de Reyes?
Como siempre sufriremos las consecuencias quienes cumplimos las normas. Los más vulnerables a quienes nadie nos respeta, porque hay a quien no le enseñaron que la vida no es una fiesta sino respetar para ser respetado.